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Pierde el Miedo a Expresarte Blog

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12 min. Lectura

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Vive sin miedo a ser tu

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¿Alguna vez te has quedado callada(0) cuando querías hablar de algo importante? ¿Te has sentido invisible por no atreverte a aportar tus ideas en un contexto propio para ello? ¿Has sentido miedo a sentir tristeza, culpa, miedo o quizá a sentir amor? ¿Te duele guardar tus emociones y sueños por miedo al rechazo o la crítica? ¿Haz dejado de realizar una actividad que te gusta por no tener quien te acompañe o no asistir a un evento sola por miedo a hablar con alguien que no conoces? ¿Sientes que las personas se pueden aburrir contigo por no tener un tema de conversación interesante para ellos?.  Si te identificas con estas preguntas, no estás sola(o). Son muchas las personas que luchan con el miedo a expresarse, a sentir plenamente sus emociones y a ser ellas mismas. Hoy quiero decirte que este miedo es aprendido y lo puedes desaprender cuando tu lo decidas. Así que este artículo puede ser un primer paso en tu camino de aprender a expresarte con libertad, comenzando a escucharte a ti misma(o) primero que a nadie. Este puede ser el primer paso  para perder el miedo y vivir en libertad.

¿Por qué nos callamos?

Todo tiene que ver con la historia de cada quien y los aprendizajes acerca de como expresarse que se adquirieron de pequeños, adolescentes o ante un suceso que por miedo, culpa o vergüenza, la mejor opción que se tuvo en ese momento fue reprimir, callar y vivir en soledad dicho evento.

Esta represión surge de diferentes miedos y sus correspondientes creencias negativas :

  • Miedo al rechazo: “¿Y si no les gusta como pienso o lo que siento?”
  • Miedo al abandono: “¿Y si se alejan de mí o me dejan de querer?
  • Miedo al conflicto: “¿Y si se enojan conmigo?”
  • Miedo a la crítica: “¿Y si me juzgan?”
  • Miedo a equivocarse: “¿Y si no soy lo suficientemente buena?”

Estos miedos nos llevan a guardar silencio, a esconder nuestras emociones y a vivir detrás de una máscara. Pero, ¿Sabes qué pasa cuando nos callamos? El silencio se convierte en una carga que nos pesa, nos limita, nos aleja de nuestra autenticidad y nos puede llegar a enfermar.

¿Cómo afecta la represión emocional a tu cuerpo y energía? 

Debido a que esta conexión no la vemos, es fácil favorecer una mentalidad que nos lleve a pensar que las emociones son “algo abstracto” o “poco importantes” en comparación con los hechos y la lógica. Sin embargo, lo que quizás muchas personas desconocen es que reprimir nuestras emociones tiene un impacto directo y medible en nuestro cuerpo y energía. Aquí te lo explico:

1. El costo físico de guardar todo dentro

Cuando reprimes tus emociones, tu cuerpo lo resiente, no es algo “imaginario”. Estudios han demostrado que la represión emocional está relacionada con:

  • Dolores crónicos: Tensión en el cuello, hombros y espalda, dolores de cabeza o migrañas.
  • Problemas digestivos: El estrés emocional puede afectar tu sistema digestivo, causando malestar, hinchazón o incluso síndrome de intestino irritable.
  • Fatiga constante: Reprimir emociones consume mucha energía. Es como llevar una mochila invisible llena de piedras todo el día.
  • Sistema inmunológico debilitado: El estrés crónico causado por la represión emocional reduce tu capacidad para combatir enfermedades.

Si has notado que te sientes cansada(o) sin razón aparente o que tienes dolores que no tienen una causa física clara, es posible que tu cuerpo te esté diciendo algo. El cuerpo es donde se sienten las emociones, por lo tanto es en el mismo cuerpo donde también se manifiestan los efectos de las emociones reprimidas a través de múltiples síntomas.

2. La energía que pierdes al no expresarte

¿Alguna vez has sentido que, sin importar cuánto duermas o descanses, siempre te sientes agotado(a)? Esto puede deberse a que estás usando gran parte de tu energía en reprimir lo que sientes.

Cuando te callas en lugar de expresar lo que piensas, cuando dices “sí” aunque quieras decir “no”, o cuando evitas confrontar una situación que te molesta, estás gastando energía mental y emocional en mantener todo bajo control. Esa energía podría estar siendo usada para cosas más productivas y positivas, como perseguir tus metas o simplemente disfrutar de la vida.

3. La conexión mente-cuerpo que ya no puedes ignorar

La mente y el cuerpo están profundamente conectados. Cuando reprimes emociones como el enojo, la tristeza o la frustración y hasta la alegría, tu cuerpo reacciona. Por ejemplo:

  • El nudo en la garganta: Ese “nudo” que sientes cuando quieres decir algo pero no puedes, no es imaginario. Es una respuesta física a la tensión emocional.
  • La presión en el pecho: Esa sensación de opresión cuando estás estresada(o) o ansiosa(o) es tu cuerpo diciéndote que algo no está bien y que necesitas escucharte a ti misma(o) y hablarlo con alguien más.
  • La fatiga constante: Reprimir emociones es agotador. Tu cuerpo está trabajando horas extras para mantener todo bajo control.

Si has experimentado alguno de estos síntomas, es posible que tu cuerpo te esté pidiendo que prestes atención a lo que realmente estás sintiendo.

4. ¿Por qué dices que “todo está bien” cuando no es así?

Porque reprimir es un hábito bien aprendido desde nuestros primeros años de vida. Además es común que las personas que tienden a razonarlo todo o a ser más lógicas minimicen sus emociones o las ignoren por completo. Frases como “No es para tanto”, “Todo está bien”, “Ya se me pasará” o “Pues sí, me paso esto pero tengo mucho que agradecer”, son mecanismos de defensa que usamos para evitar enfrentar lo que realmente sentimos. En realidad agradecer es un buen hábito y favorece nuestra salud física y mental también, pero no cuando lo usamos para reprimir emociones, en dado caso, es más saludable primero reconocer lo que sentimos y después agradecer en el momento de reflexionar sobre tal situación.

Pero aquí está el problema: decir que “todo está bien” cuando no es así no hace que el problema desaparezca. Solo lo esconde temporalmente, y con el tiempo, ese problema crece y se manifiesta en forma de estrés, ansiedad o incluso enfermedades físicas.

¿Cómo empezar a cambiar este mal hábito de reprimir lo que piensas, sientes y quieres que suceda en tu vida?

Si eres una persona con tendencia lógica o tienes el hábito de razonar todo, es probable que necesites iniciar con un enfoque práctico y basado en hechos para comenzar a trabajar en tu expresión emocional. Te propongo seguir los siguientes pasos:

  1. Reconoce los síntomas físicos: Pon atención a las señales que te da tu cuerpo como: dolores recurrentes, cansancio sin razón aparente, migraña, sensación de pesadez.
  2. Haz una lista de lo que realmente sientes: Escribe tus emociones en un papel, no las juzgues, simplemente identifícalas. Esto te ayudará a ser más consciente de lo que está pasando dentro de ti. Si te atrevés, comienza a explorar en que parte de tu cuerpo la sientes, sino logras localizarlas no te abrumes, se paciente, practicando lo lograrás con el tiempo.
  3. Practica la expresión gradual: Comienza con pequeñas acciones, como decir “no” cuando quieres decir “no” o expresar una opinión en una conversación.
  4. Busca apoyo profesional: A veces, necesitamos ayuda para aprender a entender y manejar nuestras emociones porque en nuestra cultura no se ha implementado la educación emocional, la cual no consiste en solo verbalizar las emociones, sino en sentirlas en nuestro cuerpo para que sigan su proceso natural y salgan por si solas. Los terapeutas que estamos entrenados para acompañar procesos de liberación emocional o mi curso “Pierde el miedo a expresarte” pueden ser un buen recurso.

Si eres una persona con tendencia más emocional, puedes comenzar con los siguientes pasos:

  1. Reconoce tus emociones: Identifica lo que sientes y ponle un nombre. No juzgues tus emociones, simplemente acéptalas y siéntelas en tu cuerpo. Cierra tus ojos y siente en tu cuerpo tal emoción, inhala y exhala a tu ritmo… después de varias respiraciones continua poniendo atención a la parte de tu cuerpo donde la sientes. Reconoce a tu cuerpo como un lugar seguro para sentir lo que tengas que sentir. Recuerda que es muy importante sentirlas antes de intentar razonarlas o reflexionar sobre ellas.
  2. Practica la autenticidad: Comienza con pequeñas acciones, elige vestirte como quieres, expresa una opinión en una conversación o pedir lo que te gusta de comer en un restaurante.
  3. Aprende a poner límites: Decir “no”, no te hace mala persona y tampoco alejará a las personas que te aman. Decir no cuando quieres decir si, está limitando tu potencial y plenitud. Si te gusta complacer a los demás, hazlo, pero recuerda priorizar tus necesidades y tomar consciencia de que ya no complaceras a los demás en piloto automático, ahora será una decisión consciente, lo harás porque realmente lo quieres hacer.
  4. Conéctate contigo misma(o): Es común que la empatía te lleve a pensar en automático en los demás, y pensar en los demás está bien, sin embargo en muchas ocasiones puede que seas más empática con otros que contigo mismo(a), llegando a ignorarte, olvidarte de ti hasta que la tristeza profunda te toca la puerta para que te veas y te reconozcas. Dedica tiempo a escucharte, a entender tus deseos, tus sueños, y a reconectar con tu esencia.
  5. Busca apoyo: Rodéate de personas que te inspiren a ser auténtica(o), que te apoyen en tu proceso y si lo requieres pide ayuda profesional.

Pierde el miedo a ser tu Dinorah García

¿Qué va a pasar cuando te expreses libremente?

Expresarte es una necesidad biológica y psicológica. Cuando te permites sentir y expresar lo que realmente está pasando dentro de ti, estarás:

  • Mejorando tu salud física: Reduces el estrés, la tensión y los dolores crónicos.
  • Aumentando tu energía: Liberas la energía que gastas en reprimir emociones y la usas para cosas más productivas.
  • Mejorando tus relaciones: Te conectas de manera más auténtica con los demás.
  • Viviendo una vida más plena: Dejas de sobrevivir y comienzas a vivir.

Cuando te permites expresar, sentir y ser tu mismo(a), ocurren transformaciones profundas en tu mente y cuerpo:

En la mente:

  • Liberación emocional: Dejas de cargar con emociones reprimidas como la tristeza, el enojo o la frustración.
  • Claridad mental: Tu mente se despeja, permitiéndote pensar con más claridad y tomar decisiones conscientes.
  • Aumento de la autoestima: Te sientes validada(o) y capaz de defender tus ideas y necesidades.
  • Reducción del estrés y la ansiedad: Al expresar lo que sientes, liberas la tensión mental y sientes alivio.

En el cuerpo:

  • Relajación muscular: Liberas la tensión física acumulada, especialmente en áreas como el cuello, los hombros y la mandíbula y el pecho.
  • Mejora la respiración: La respiración se vuelve más profunda y natural, reduciendo la ansiedad.
  • Liberación de hormonas positivas: Expresarte activa la liberación de endorfinas y oxitocina, hormonas asociadas con el bienestar.
  • Reducción del dolor físico: Muchos dolores, como el nudo en la garganta o la presión en el pecho, están relacionados con emociones reprimidas. Al expresarte, estos síntomas suelen disminuir.

Es momento de no dejar que el miedo siga dirigiendo tu vida. Es momento de perder el miedo a expresarte, de aportar tus ideas, de sentir tus emociones y ser tú misma(o).

El mundo necesita tu autenticidad, tu luz y tu voz única.

Si eres hombre y quieres iniciar tu proceso para liberarte del miedo a expresarte, te invito a agendar una cita de psicoterapia, porque todavía no está listo el curso para hombres que estoy preparando con este objetivo.

Si eres mujer y estás lista para dar el primer paso hacia la libertad emocional, te invito a unirte a mi curso “Pierde el miedo a expresarte”. Juntas, recorreremos este camino de transformación y descubriremos el poder de vivir sin miedo a ser tu misma.

¿Lista para dar el primer paso?

Si has llegado hasta aquí, es posible que algo en ti esté listo para cambiar. No tienes que seguir reprimiendo tus emociones o ignorando las señales que te da tu cuerpo. En mi curso “Pierde el miedo a expresarte”, te guiaré paso a paso para que puedas liberar tu voz, reconectar contigo misma y vivir con autenticidad.

No importa si eres una persona racional o emocional, este curso está diseñado para ayudarte a entender y manejar tus emociones de una manera práctica y efectiva. Porque expresarte es una necesidad para tu bienestar.

¿Estás lista para liberarte y vivir plenamente?

¡Vamos, comienza tu viaje hacia la autenticidad!

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Soy psicóloga Dinorah García, mi propósito en cada uno de los artículos de este blog es entregarte el mensaje inspirador que necesitas para hacer una diferencia positiva en tu vida.

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Un comentario

  1. Muy cierto lo que escribes, el cuerpo somatisa todos los sentimientos reprimidos…lo importante es saber escuchar a tu mente y a tu cuerpo…difícil de aprender pero no imposible..

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