Imagina que, desde que eras muy pequeño, el mundo emocional a tu alrededor fue un lugar confuso, abrumador o incluso inseguro. Quizás tus padres o cuidadores no supieron ayudarte a entender lo que sentías, o tal vez te castigaron por expresar emociones como el enojo, el miedo o la tristeza. Esto no es algo que hayas elegido, pero sus efectos pueden quedarse contigo mucho tiempo, incluso hasta la edad adulta. Esto es lo que se conoce como trauma complejo, y una de sus consecuencias más profundas es que puede dejar tu identidad “fragmentada”, como un rompecabezas al que le faltan piezas.
¿Por qué pasa esto?
Porque la identidad de un niño no se forma sola. Necesita adultos emocionalmente presentes, que le ayuden a entender y nombrar lo que siente. Esto es lo que se llama mentalización: la capacidad de reconocer y entender las emociones propias y ajenas.
Por ejemplo, si un niño llora porque siente tristeza, un padre consciente le diría: “Veo que estás triste, ¿Quieres un abrazo?”. Así, el niño aprende a r
econocer sus emociones, a sentirlas sin miedo y a gestionarlas. Esta capacidad es![]()
esencial para que el niño descubra quién es: qué le gusta, qué no, qué le hace feliz, qué le hace sentir miedo o enojo. Esa es la base de su autoconcepto, es decir, la imagen que tiene de sí mismo. Pero ¿Qué pasa cuando los adultos no están emocionalmente disponibles? ¿Qué ocurre si, en lugar de ayudarte a entender tus emociones, te ignoran, te castigan o te hacen sentir que lo que sientes está mal? En esos casos, el niño no puede desarrollar una buena capacidad de mentalización, en lugar de ello aprende a reprimir lo que siente, a desconectarse de sus emociones y a creer que lo que siente es peligroso o inaceptable. Sin la guía de un adulto que le ayude a nombrar y entender sus emociones, el niño no puede construir un autoconcepto sólido y en lugar de eso, comienza a construir defensas para protegerse. Tal vez se vuelve muy callado para no molestar, o extremadamente perfeccionista para ganarse el amor de sus padres; quizás aprende a cuidar de los demás en lugar de que lo cuiden a él, o a desconectarse por completo de lo que siente. Con el tiempo, estas defensas se convierten en una especie de “máscara”. El niño, y luego el adulto, cree que esa máscara es quien realmente es, pero en realidad, es solo una forma de protegerse del dolor. Por eso, muchas personas con trauma complejo sienten que su identidad está fragmentada: porque viven desde esas defensas, no desde su verdadero yo. Es cuando su autoconcepto se basa en lo que tuvieron que ser para sobrevivir, no en quiénes son en esencia.
Aquí es donde la conciencia se vuelve crucial. ¿Te has preguntado si las cosas que haces, cómo te relacionas o incluso cómo te tratas a ti mismo son realmente tuyas, o son respuestas automáticas que aprendiste para sobrevivir? ¿Te has dado cuenta de que, tal vez, estás viviendo desde el miedo, la culpa o la desconexión, en lugar de vivir desde tu esencia?
El camino hacia la sanación comienza con esta conciencia. En el proceso de terapia, se trabaja para reconectar con esas partes
de ti que quedaron guardadas, para entender que ya no necesitas vivir desde las defensas. Se trata de reprocesar el dolor, de aprender a sentirte seguro en tu cuerpo y en tus emociones, y de integrar todas esas partes fragmentadas en una identidad más completa y auténtica. Esto implica desarrollar una mentalización más sana, es decir, aprender a reconocer y nombrar tus emociones, a entender por qué te sientes de cierta manera y a reconstruir tu autoconcepto desde un lugar de verdad y aceptación.
Tú no elegiste el trauma, pero sí puedes elegir sanar. Y el primer paso es darte cuenta de que esas defensas no son quienes realmente eres. Detrás de ellas está tu esencia, tu verdadero yo, esperando ser descubierto y vivido plenamente.
¿Te gustaría tener una Terapia conmigo? Agéndala aquí o agenda cita presencial en Tampico México por Whatsapp aquí
Comparte este artículo
Otras Categorías del Blog
Soy psicóloga Dinorah García, mi propósito en cada uno de los artículos de este blog es entregarte el mensaje inspirador que necesitas para hacer una diferencia positiva en tu vida.

